La evolución de las cuentas públicas es una de las variables de la macroeconomía que los agentes económicos siguen con detenimiento, aun en contextos de pandemia. El dato de noviembre envía una “señal fiscal” al establishment: en el onceavo mes del año, el nivel de gasto primario creció al menor ritmo interanual de 2020, al aumentar 40,5% respecto de 2019 y totalizar $527.145 millones.
Esto permitió que el déficit primario fuera el más bajo desde la irrupción de la pandemia, al mostrar un rojo de $58.693 millones en noviembre, equivalente al 0,2% del PBI.
A la par de la reducción de las partidas del gasto, la reactivación progresiva de la actividad comenzó a dinamizar los ingresos. Desde Economía informaron que si bien los ingresos totales crecieron al 27% ($468.452 millones), la recaudación nacional lo hizo al 36,7% interanual, lo que permitió encadenar tres meses consecutivos de crecimiento en términos reales.
“Los ingresos tributarios registraron un incremento del 32% i.a., impulsado por aquellos que dependen de la evolución del mercado interno –en sintonía con la mejora en la actividad económica– y aquellos asociados a la Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva promulgada en diciembre pasado”, informaron desde el Palacio de Hacienda.
La evolución del déficit fiscal durante 2020 está explicado principalmente por el impacto de la pandemia en la economía. El Gobierno decidió impulsar una política fiscal expansiva para sostener a personas y empresas vía ATP, IFE, créditos susbisidiados, suspensión de cuotas de ANSES, entre otras medidas.
Entre abril y junio, el trimestre de pleno impacto de la pandemia, se registraron los déficits primarios más altos y significaron alrededor de 2,5% puntos del PBI. A partir de ese momento, el déficit fue bajando de manera sostenida, con la sola excepción de septiembre, que casi duplicó la marca que había registrado el rojo primario el mes anterior.GASTO